A sólo un corto paseo por la costa, nuestro santuario hermano en Fuengirola le da la misma bienvenida. Cruce nuestro umbral, ponga su teléfono en modo avión y deje que nuestras manos deshagan, puntada a puntada, el nudo del estrés. Cuando salga, su piel latirá al ritmo del Mediterráneo y su mente se sentirá tan ligera como la brisa que acaricia la Plaza de los Naranjos. Elige a tu masajista, selecciona tu ritual y reserva por WhatsApp. Tu escapada comienza en el momento en que dices "sí".